Razones

La alimentación compasiva, no es moda, no es filosofía, no es sacrificio, es un camino para el continuo desarrollo de la conciencia humana y la evolución espiritual.  Desde que el hombre existe, la alimentación compasiva está vigente, la razón principal de practicarla es el amor por los animales, por el planeta y por nuestra salud… esta conducta es premiada con sensaciones de tranquilidad y paz, espiritual, mental y física, nos ayuda a encontrar nuestro verdadero peso y talla, nos permite claridad para conectar con Dios y sus señales, y fortalece nuestra alma…

Comemos esto?

Todas las personas que conozco, les genera ansiedad, estar frente a una escena de muerte, tortura, mutilación, sufrimiento, maltrato… de una u otra forma les genera sentimientos negativos, algunos lo exteriorizan otros tienen más autocontrol o simplemente reaccionan inhibiendo sus emociones; cuando algunas de estas situaciones, llamense homicidios, torturas, maltratos, accidentes, se materializan frente a nuestros ojos no queremos ni verlas, algunos no queremos tener contacto con los involucrados, a menos que sea para prestarle ayuda, un ejemplo de ello, es cuando vemos un cadáver de persona o de animal, la sensación es terrible…Pués bien, hagamos un ejercicio, imaginemos que tenemos que comerlos¡¡¡¡¡... SI, comerlos, ¿acaso no es eso lo que hacen algúnos humanos, comen carne de animales maltratados, mutilados, torturados en campos de concentración, como los criaderos y mataderos?.

Mi experiencia

La alimentación compasiva, no es moda, no es filosofía, no es sacrificio, es un camino para el continuo desarrollo de la conciencia humana y la evolución espiritual.  Desde que el hombre existe, la alimentación compasivo está vigente, la razón principal de practicarla es el amor por los animales, por el planeta y por nuestra salud… esta conducta es premiada con sensaciones de tranquilidad y paz, espiritual, mental y física, nos ayuda a encontrar nuestro verdadero peso y talla, nos permite claridad para conectar con Dios y sus señales, y fortalece nuestra alma…